- Lo que importa más es la vida: el estilo debe vivir.
- El estilo debe ser apropiado a tu persona, en función de una
persona determinada a la que quieres comunicar tu pensamiento.
- Antes de tomar la pluma, hay que saber exactamente cómo se
expresaría de viva voz lo que se tiene que decir. Escribir debe ser
sólo una imitación.
- El escritor está lejos de poseer todos los medios del orador.
Debe, pues, inspirarse en una forma de discurso muy expresiva. Su
reflejo escrito parecerá de todos modos mucho más apagado que su
modelo.
- La riqueza de la vida se traduce por la riqueza de los gestos.
Hay que aprender a considerar todo como un gesto: la longitud y la
cesura de las frases, la puntuación, las respiraciones; También la
elección de las palabras, y la sucesión de los argumentos.
- Cuidado con el período. Sólo tienen derecho a él aquellos que
tienen la respiración muy larga hablando. Para la mayor parte, el
período es tan sólo una afectación.
- El estilo debe mostrar que uno cree en sus pensamientos, no
sólo que los piensa, sino que los siente.
- Cuanto más abstracta es la verdad que se quiere enseñar, más
importante es hacer converger hacia ella todos los sentidos del
lector.
- El tacto del buen prosista en la elección de sus medios
consiste en aproximarse a la poesía hasta rozarla, pero sin franquear
jamás el límite que la separa.
- No es sensato ni hábil privar al lector de sus refutaciones más
fáciles; es muy sensato y muy hábil, por el contrario, dejarle el
cuidado de formular él mismo la última palabra de nuestra sabiduría.
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