MANUAL PARA
LEER EN LOS BUSES
Por Rafael Aguirre
Para los
lectores que leen varios libros simultáneamente a pesar de sus múltiples
ocupaciones (como en mi caso); para esos que poseen un libro en su lugar de
trabajo, otro en la mesita de noche (libro de cabecera) y otro en el retrete
para los minutos de encuentros fisiológicos que sumados darían para leer la
poesía de los poetas malditos en menos de un año. Para quienes empacan un libro
cuando se van de vacaciones. Para esos devoradores de letras insaciables van
estos consejos que no provienen de un oftalmólogo sino de las observación y
experiencia de un lector que a menudo lee en los buses.
1. Elija como libro para leer en el bus uno cuyas
letras no sean demasiado pequeña; de punto 12 en adelante.
2. Nunca se siente en las bancas de atrás, son las
que más se sacuden y harían imposible cualquier lectura.
3. El vehículo debe transitar por vías asfaltadas,
mucho mejor si hay pocas curvas y su velocidad es constante; poseer
excelente amortiguación lo cual detectamos con la práctica. En una
carretera con huecos o destapada es mejor dejar el libro guardado.
4. Lea ideas generales más que palabras unidas.
5. Que la lectura no sea de alta concentración
visual aunque si intelectual, pues para pensar no existe ningún problema
dentro de los buses.
6. Combine la lectura con miradas hacia el paisaje
que pasa a través de la ventanilla del vehículo. La monotonía adormece.
7. Si se siente fatigado cierre el libro y dedíquese
a leer ese gran libro que es el mundo que pasa a través de la ventanilla.
Los paisajes naturales son relajantes y también motivan nuestro
pensamiento.
8. Hágame saber cualquier otra observación que al
respecto tenga a bien experimentar.
9. Asista una vez al año donde el oftalmólogo para
verificar su salud visual y de paso comprobar la eficacia de estos
consejos.
10. Aunque la eficacia de estos consejos está en la calidad
de su lectura, a lo sumo le recetarán gafas como en mi caso pero eso no me
importó.
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