CONSEJERÍA LETRADA 8
HORACIO QUIROGA (1878 – 1937)
1. Cree en el maestro Poe. Maupassant, Kipling, Chéjov como en Dios mismo.
2. Cree que tu arte es una cima inaccesible. No sueñes en dominarla. Cuando puedas hacerlo, lo conseguirás, sin saberlo tú mismo.
3. Resiste cuanto
puedas a la imitación: pero imita si el influjo es demasiado fuerte. Más que
cualquier otra cosa, el desarrollo de la personalidad es una ciencia.
4. Ten fe ciega no
en tu capacidad para el triunfo, si no en el ardor con que lo deseas. Ama a tu
arte como a tu novia(o), dándole todo tu corazón.
5. No empieces a
escribir sin saber desde la primera palabra a dónde vas. En un cuento bien
logrado, las tres primeras líneas tienen casi la misma importancia que las tres
últimas.
6. Si quieres
expresar con exactitud esta circunstancia: "desde el río soplaba un viento
frío", no hay en lengua humana más palabras que las apuntadas para
expresarla. Una vez dueño de las palabras, no te preocupes de observar si son
consonantes o asonantes.
7. No adjetives sin
necesidad. Inútiles serán cuantas colas adhieras a un sustantivo débil. Si
hallas el que es preciso, él, solo, tendrá un color incomparable. Pero hay que
hallarlo.
8. Toma los
personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa
que el camino que les trazaste. No te distraigas viendo tú lo que ellos no
pueden o no les importa ver. No abuses del lector. Un cuento es una novela
depurada de ripios. Ten esto por una verdad absoluta, aunque no lo sea.
9. No escribas bajo
el imperio de la emoción. Déjala morir, y evócala luego. Si eres capaz de
revivirla tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino.
10. No pienses en
los amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si
el relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus
personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la
vida del cuento.
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